Tras la recitación del Corán de un hombre bajo un árbol, las personas comenzaron a buscar tratamiento en el mismo

Pregunta: Hace veinte años, mi padre trajo a un hombre a nuestra granja en Al-Shamiyya, quien leía el Corán bajo un árbol de cedro que se encuentra en la misma granja. Sucede que, si uno fue mordido o tiene forúnculos y pone un poco de este árbol sobre la zona afectada, pues, se cura, por la voluntad de Allah. ( Número del tomo 1; Página 341) Una vez, vino un hombre del pueblo que tenía forúnculos en sus manos y fue al hospital, donde le dijeron que su mano debe ser amputada. Así que, se dirigió a la granja y puso un poco de este árbol sobre sus manos y se curó, por la voluntad de Allah. Hay que tener presente que este árbol no es un lugar de visita o algo por el estilo, sino que se recurre al mismo en caso de necesidad.También un trabajador mío fue mordido por un escorpión y al irnos a la granja y poner un trocito de este árbol sobre la zona afectada, el así se curó, por la voluntad de Allah. Nadie cree que el árbol en sí cura, porque sólo Allah -Glorificado y Exaltado sea- es Quien cura. Aconséjennos acerca de mantener este árbol en la granja, ¡que Allah les guíe! Mi padre está muerto. ¿Acaso este árbol se considera una caridad corriente o no?


Respuesta: No es permisible mantener este árbol de cedro, sino que debe ser erradicado, ya que puede ser un medio que lleva al politeísmo si se mantiene en su lugar, ya que algunos ignorantes pueden ser engañados por él. Cuando se le pidió hacer una Dhat Anwat (árbol de cedro) como el de los incrédulos, el Profeta -paz y las bendiciones de Allah sean con él- lo negó. Recopiló Al-Tirmidhi bajo la autoridad de Abu Waqid Al-Laithi -que Allah esté complacido con él-, dijo: "Hemos salido con el Profeta -la paz y las bendiciones de Allah sean con él- en dirección a Hunayn, y en aquel entonces, éramos nuevos musulmanes que acabamos de abandonar la incredulidad. Los politeístas tenían un árbol de cedro denominada Dhat Anwat, donde se reunían y colgaban sus espadas. Pasando por otro cedro dijimos: ¡Mensajero de Allah!, dedícanos un cedro como la de los politeístas. El Mensajero respondió ¡Allah Akbar! (Enaltecido sea Allah), son las tradiciones. Por Aquél en cuyas manos está mi alma, habéis dicho lo mismo que los hijos de Israel a Moisés: Queremos que nos busques un dios, igual que ellos tienen dioses. Dijo: Realmente sois gente ignorante ( Número del tomo 1; Página 342) Ciertamente, seguiréis las tradiciones de los pueblos anteriores. ¡Que Allah nos conceda el éxito!¡Que Allah bendiga a nuestro profeta Muhammad, su Familia y sus Compañeros!


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