Los malos compañeros y la obediencia a los padres

( Número del tomo 25; Página 196)  ( Número del tomo 25; Página 197)  Pregunta: Soy un joven de dieciocho años de edad. Alabado sea Allah, me guió a la verdad al tener quince años. Es que antes, incurría en pecados, como abandonar algunas oraciones prescritas, robar, masturbarme, ver las películas porno y desobedecer a los padres. A lo largo de un año y medio, Alabado sea Allah, actuaba con rectitud, realizaba las oraciones a su debido tiempo, dejé de robar, masturbarme, obedecía a mis padres y acompañaba a jóvenes rectos, los cuales temían a Allah en secreto y en público. Sin embargo, poco tiempo después, volví a cometer tales pecados. Mi padre era avaro, y aunque le temía, mi alma me condujo a robarle. Poco a poco, empecé a alejarme de estos jóvenes rectos, como resultado de mis malos actos, que nadie sabía salvo Allah. Estaba seguro de que lo que cometía está prohibido, y de hecho, intenté abandonarlo, pero mi alma me susurraba diciendo: ¿Se acepta tu oración mientras estás haciendo estos malos actos? Allah sabe que observo las cinco oraciones obligatorias a diario y las oraciones del viernes, hasta que no dejo ni una rak'ah de Al-tarawih (oración supererogatoria que se hace durante la noche del mes de Ramadán), recito el Sagrado Corán por completo y ayuno todo el mes. Ya, no aguanto más mi vida, tengo problemas a menudo con mi madre, quedo tres días o más sin hablar con ella, y lo mismo pasa con mi padre, lo mismo pasa constantemente y por la mínima razón. A pesar de que antes odiaba mucho decir mentiras, ahora es algo normal para mí. Intenté dejar de hacerlo, pero en vano. Todos mis colegas, mis profesores y mis conocidos me quieren a pesar de mis pecados. ¡Su Eminencia! Estoy muy confundido. Ruego a Allah y luego a ustedes que me den una respuesta satisfactoria cuanto antes. Hasta ahora, mi estado es como he mencionado. ¡Que Allah les proteja!